Hoy en día el concepto de desarrollo sostenible constituye el marco de referencia imprescindible de las políticas de todas las naciones del mundo como consecuencia de que la creciente preocupación por la superación de los límites del Planeta con consecuencias que sufren cientos de millones de personas, dio lugar a la aprobación en 2015, por los Estados miembros de la Naciones Unidas, de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible con el lema «Transformar Nuestro Mundo».
La Agenda establece 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con 169 metas de carácter integrado e indivisible, con el fin de crear una hoja de ruta internacional que guíe a las naciones del mundo, integrando otros instrumentos como el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015, para afrontar el mayor desafío de la historia: realizar la transición a una civilización sostenible, que sea responsable con la Naturaleza y todos los seres vivos, e inclusiva, sin dejar nadie atrás, con el fin de lograr el bienestar para todos dentro de los limites del planeta.
Se trata de una responsabilidad de todos, teniendo en cuenta que tenemos una enorme interdependencia y que las futuras generaciones dependen de nosotros, y gracias a la capacidad de creatividad e innovación podemos hacerlo posible.

No es posible el desarrollo sostenible sin la cultura
Como consecuencia de la aprobación de los ODS, en cada país tanto administraciones públicas como las empresas y entidades de todo tipo deben adaptarse a los mismos y la cultura resulta fundamental para superar este reto, porque, tal como destaca UNESCO, ofrece el contexto, valores, subjetividad, actitudes y habilidades que deben estar presentes en el proceso de desarrollo sostenible, y además proporciona instrumentos de innovación y creatividad para dar respuesta a los desafíos a los que nos enfrentamos para realizar la transición a un nuevo modelo de desarrollo. No es posible el desarrollo sostenible sin la cultura.
Aunque ninguno de los 17 ODS se concentra exclusivamente en la cultura sostenible, la Agenda 2030 constituye un importante paso adelante porque es la primera vez que en el programa internacional de desarrollo se hace referencia a la cultura, en ODS relacionados con la educación, el logro de ciudades sostenibles,la salud y el bienestar, la acción por el clima, las pautas de consumo y producción sostenibles y la promoción de sociedades inclusivas y pacíficas, e incluye en las medidas varias referencias explícitas a aspectos culturales. Además, teniendo en cuenta que la cultura configura nuestra identidad y cosmovisión, es transversal a todos los ODS.
La participación activa en la vida cultural, el desarrollo de las libertades culturales individuales y colectivas, la protección del patrimonio cultural material e inmaterial y la protección y promoción de las diversas expresiones culturales, son componentes que contribuirán al cumplimiento de los ODS.
El arte para la sostenibilidad


Para que las sociedades avancen con éxito hacia la sostenibilidad, no basta un manual de instrucciones genérico para todos de una ética sostenible, sino que resulta necesario generar diversos caminos acordes a la idiosincrasia de cada lugar y situación, es decir su marco cultural, para crear sus propias culturas sostenibles garantizando la libertad de expresión de cualquier individuo o comunidad, así como el acceso universal a la cultura y sus manifestaciones.
Como afirmaba Frederich Schiller, es preciso tomar el camino de lo estético, porque a la libertad se llega por la belleza, y el arte para la sostenibilidad es un instrumento creativo para que cada sociedad explore su propio camino a nivel local, desde la libertad, para avanzar hacia una civilización planetaria sostenible, guiadas por la búsqueda de la belleza en el sentido platónico de un ideal superior reflejada en los valores de la sostenibilidad para la protección del planeta. Además, el arte tiene un lenguaje que comprenden todos facilitando que puedan utilizar su imaginación y creatividad para repensar y mejorar sus estilos de vida. El arte para la sostenibilidad no puede cambiar el mundo por si sólo pero puede contribuir a transformar la conciencia de las personas liberando una sensibilidad rebelde contra la sociedad actual y manifestar su dimensión creadora para avanzar hacia una civilización sostenible.
Cultura sostenible
La cultura tiene un papel cada vez más destacado en las políticas de desarrollo sostenible. Y al mismo tiempo que se ha planteado la necesidad de incluir la dimensión cultural en las narrativas y políticas sobre sostenibilidad se ha dado el proceso a la inversa y cada vez más las políticas culturales incluyen la sostenibilidad. A nivel internacional destacan en especial la Agenda 2030, aunque la cultura aparece mencionada, de manera genérica, en solamente 4 de sus 169 metas, la Agenda 21 de la Cultura, una guía para la política cultural local sostenible de las comunidades locales que refuerza las políticas locales estableciendo nuevos dominios de la gobernanza local a través de la participación y la ciudadanía, y la Agenda Europea para la Cultura 2018 en la que la cultura ha absorbido las lógicas del desarrollo sostenible.
Actualmente se está considerando que las acciones de grupos e instituciones utilizando el arte y la cultura como instrumentos para actuar pueden tener un papel fundamental para construir sociedades más sostenibles.
Oportunidades de la implantación de los ODS

La implantación de los ODS no sólo es un reto, sino que además supone oportunidades atractivas para todos, y son cada vez más las administraciones, empresas y organizaciones que consideran que los ODS son un referente importante para sus estrategias y quieren liderar el cambio. Los avances de estos líderes, que se encuentran principalmente en la administración local, las instituciones culturales, las organizaciones ecologistas y empresas creativas e innovadoras, pueden inspirar y ayudar a otros a generar planes estratégicos para avanzar hacia la sostenibilidad, siendo fundamental que la adopción de los ODS no se sitúen sólo en un área o se queden en una mera comunicación para mejorar su reputación, sino que sean transversales, formen parte de su cultura corporativa, de modo que se incluyan en la toma de decisiones, y que extiendan esta cultura sostenible en sus relaciones con sus interlocutores, desde los empleados a los proveedores o los destinatarios de sus servicios. La conversión de los ODS en instrumentos de decisión estratégica no resulta fácil si existen barreras como el desconocimiento sobre su aplicación en cada ámbito o no se dispone de indicadores pero se están creando en diversos ámbitos instrumentos que facilitan la adopción de los ODS con protocolos, metodologías, indicadores y certificaciones estandarizados.
La edición 2018 del Informe de los ODS anual, titulado “Responsabilidades globales: implementando los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, elaborado por la Red de Soluciones para un Desarrollo Sostenible, que mide los avances en 193 países proporcionando un panorama general de los esfuerzos realizados hasta la fecha para la aplicación de los ODS en todo el mundo, muestra que no hay ningún país que esté por el buen camino para alcanzar los ODS en 2030. Los primeros puestos son para Suecia, Dinamarca y Finlandia, los últimos para la República Democrática de Congo, Chad y la República Centroafricana y España se encuentra en el puesto 25. A medida que la comunidad mundial avanza para alcanzar los ODS y abordar los desafíos existentes, se necesita con urgencia mayor creatividad, innovación, recursos y compromiso político en todos los países. Desde Naciones Unidas se están adoptando medidas innovadoras para la financiación que permita la aplicación de los ODS.
La importancia de la formación para desarrollar estrategias de integración de los ODS aplicando la cultura y el arte para el Desarrollo Sostenible.
Los retos son muchos y muy estimulantes, así que con el curso de postgrado de la Universidad de Valencia, Experto Universitario en Cultura y Arte para el Desarrollo Sostenible, y el curso del Instituto Valenciano de Administración Pública, Cultura para una Gobernanza creativa y sostenible, impulsados desde el Departamento de Filosofía del Derecho y Política, queremos proporcionar una apasionante aventura de exploración, descubrimiento y aprendizaje para desarrollar la creatividad y aplicar las herramientas de la cultura y el arte para desarrollar estrategias de integración de los ODS con el fin de impulsar proyectos de desarrollo sostenible en todos los ámbitos de la vida social: administraciones públicas, empresas, agentes culturales, etc. El objetivo principal es formar profesionales para liderar proyectos estratégicos de sostenibilidad acordes a las necesidades de cada uno, incorporando la creatividad e innovación que proporcionan la cultura y el arte en procesos de creación colaborativa que faciliten la creación de modelos de transición hacia la sostenibilidad.
Buen viaje y naveguemos juntos con los vientos soplando a nuestro favor para llegar a una Ítaca sostenible.
Vicente Bellver Capella y Cristina González Gabarda.